Hace unas semanas anunciamos que retornaríamos a la localidad de Coata, en Puno, para hacer la entrega de un cargamento de ropa de abrigo ¡y cumplimos!
El sábado 11 de agosto, el vuelo Lima-Juliaca llegó a las 8:00 a.m. y tras una hora y media de camino por trocha, nuestra delegación llegó a reencontrarse con una multitud que esperaba con ilusión el cumplimiento de nuestra promesa.
Es así que, niños y niñas que caminan diariamente más de tres kilómetros para llegar a su colegio, recibieron de manos de nuestros voluntarios, prendas de vestir que les permitirán afrontar el friaje que asola las zonas altoandinas.
Con ello queremos demostrarles que ni la distancia, ni el clima, serán obstáculos para cumplir con lo que ofrecemos. Por el contrario, nos reafirmamos en nuestro compromiso de llegar hasta las comunidades más alejadas, ahí a donde no llegan las autoridades y donde la gente está más olvidada.
